Alentado por mi colega y amigo Gastón Guido, fanático de los trenes, el domingo pasado finalmente viajé en el Tren de las Sierras. Admito que fue un paseo improvisado: me ofrecí a llevar a la estación de Alta Córdoba a mi amigo y su familia, que habían venido desde Buenos Aires para pasar el fin de semana largo.
¿Cómo mordí el anzuelo?
Me gustó lo que vi: una estación muy bien restaurada y poca gente; además estaba bien acompañado, así que me tenté: compré un pasaje de ida ($ 5,40) para el servicio de las 11.50, hasta la estación San Roque, situada a 39 km. de Córdoba. Mi instinto y experiencia de viajero me decían que seguir hasta Cosquín, final de la línea, podía equivaler a una sobredosis. Lo que no sabía era que al tren le llevaría 2 horas y 40 minutos llevarme a mi destino…
Lo bueno fue que por haber llegado con 40 minutos de antelación al horario de partida, conseguimos 4 asientos vis-á-vis sobre la ventanilla izquierda, que es la que ofrece las mejores vistas en el trayecto de ida: el río Suquía, el lago San Roque y su paredón están de ese lado.
Claroscuros cordobeses
De todos modos, desde cualquier ubicación se puede ser testigo de una dura realidad social de nuestra ciudad: las precarias condiciones en las que subsisten los habitantes de las villas El Galpón y El Nailon, vecinas a la estación de Alta Córdoba. El pasado mes de septiembre, una niña de este último asentamiento sufrió serias heridas al ser atropellada por un tren, lo que motivó la suspensión de los servicios ferroviarios.
A pocos minutos de partir, se hace evidente que la formación no puede tomar velocidad por razones de seguridad: las vías atraviesan zonas densamente pobladas, separadas de los terrenos adyacentes por un precario alambrado, sin barreras automáticas en los pasos a nivel, que son muchos.
En la estación Rodríguez del Busto se presenta una realidad totalmente contrastante, una Córdoba casi irreconocible formada por el Dinosaurio Mall, el Hiper Libertad, el Orfeo Superdomo, el hotel Holliday Inn. Allí suben pasajeros que harán el viaje de pié, ya que la mayoría de los asientos se ocupan en Alta Córdoba.
Por fin las sierras
Sin lugar a dudas, las paradas son excesivamente largas. En La Calera, el tren estuvo detenido por lo menos 15 minutos. Cuando se detuvo en Casa Bamba, a eso de las 14, aproveché para bajar a comprar provisiones: agua saborizada, tortilla y una picada de queso y aceitunas que sirvieron para calmar la sed, el hambre y la ansiedad de mi grupo.
Recién a partir de allí el convoy toma la velocidad esperada y enseguida atraviesa dos túneles que hacen la delicia de los niños del pasaje. El conductor colabora con el espectáculo, apagando las luces interiores en forma intermitente, lo que es saludado con gritos de alegría: el mejor momento del viaje.
Cuando llegué a San Roque, igual que buena parte de los pasajeros y sintiendo algo de culpa por abandonar a mis amigos porteños que seguían a bordo, bajé raudamente y me dirigí hacia la Plaza Federal, en busca de la garita donde tomaría el ómnibus de la Cooperativa La Calera que me trajo de vuelta a Córdoba (hasta la Plaza Colón, donde tomé un taxi para ir a buscar mi auto que había quedado en la playa de la estación cabecera).
Mis conclusiones
Me encanta viajar sobre rieles, tomé infinidad de trenes en Argentina (más que nada en Buenos Aires), Brasil, Italia, España, Inglaterra y Estados Unidos. Los prefiero a otros transporte, pero muchachos, al Tren de las Sierras le falta bastante para ofrecer un buen servicio, en especial por tratarse de un tren turístico. Como anticipé en el título de esta entrada, por ahora, al Tren de las Sierras es mejor no tomarlo. Salvo que se elija subir en subir en La Calera y bajarse en San Roque, aprovechando el tramo más rápido y entretenido.
Todavía no me he tentado a hacer el recorrido en el Tren de las Sierras… 2:40 hs.? Es un poco exagerado, verdad? Teniendo en cuenta que no hay un buen servicio a bordo, ni baños… la parada para comprar provisiones es una buena idea, y muy autóctona. Los contrastes que uno observa desde la ventanilla pueden ser, en cierta forma, un atractivo más: ver lo bueno y lo malo de nuestro presente. En fin, no sé si has logrado disuadirme o más bien tentarme a realizarlo ;)
Ya te contaré.
Saludos.
increible relato Ricardo,
despues de mucho tiempo vuelvo a pasar por este GRAN lugar que tenes.
Saludos
y espero seguir conociendo cordoba…mediante tus relatos…
Jose
Hola a todos!
RICARDO,me encanta tu blog! Con respecto al tren de las sierras, mi hermano hizo junto a su hijita el recorrido completo hasta Cosquín.¡Les encantó! Es cierto que es lerdo, pero se mete entre las sierras por lugares que los que pasamos en auto ni nos imaginamos, que son bellísimos.Habrá que comprobarlo personalmente.
Hermosas todas tus fotos.
Felicitaciones por la nota! Refleja la realidad de lo que es: una vergüenza, un trabajo ppoco serio. ¿Cómo puede ser un paseo turístico, cuando al comienzo se pasa por dos villas miserias? En primer lugar da mucha tristeza ver que viva gente de esa forma y en ese lugar tan próximo a las vías y también da miedo. Además se suma la falta de seguridad. La belleza de los paisajes que ven despúes no es por mérito del intendente pertenece a Córdoba y su naturaleza. Habrá que mejorar y sacar muchas cosas para que sea un buen paseo.
Hola! Voy a Huerta Grande en vacaciones de invierno y quería saber si ya hay noticias del reestablecimiento del servicio Córdoba – Cosquín. Me encantó tu relato pero igual quiero estar arriba del tren horasssssss adorando la belleza de las sierras.